It's a Wonderful World

It’s a Wonderful World es un juego donde construyes un imperio futurista, pero no con explosiones ni guerras, sino con decisiones tan afiladas como una cuchilla láser. En cada ronda, pasas por un elegante ciclo de draft, planificación y producción, donde todo está perfectamente equilibrado para hacerte sentir como un genio… hasta que te das cuenta de que elegiste construir una fábrica cuando necesitabas una central de energía.

La partida comienza con un draft de cartas: eliges proyectos que pueden ser maravillas del futuro o auténticas ruinas inútiles si no los planeas bien. Aquí empieza la magia: ¿construyes inmediatamente, sacrificas cartas para obtener recursos, o apuestas por una estrategia a largo plazo? Cada decisión parece una obra maestra… hasta que te das cuenta de que tu rival ya está produciendo toneladas de materiales mientras tú sigues mirando los planos de una nave espacial que nunca despegará.

La producción es el corazón del juego: en orden específico (gris, negro, verde, amarillo, azul), generas recursos para tus construcciones y proyectos futuros. Pero ojo, porque producir más de lo que necesitas te da supremacía en ese recurso, lo que puede inclinar la balanza a tu favor. Así que mientras intentas optimizar todo, inevitablemente surge la duda: ¿estás construyendo un imperio o un desastre futurista?

Con mecánicas ajustadas al milímetro, It’s a Wonderful World te hace sentir como un arquitecto del mañana, equilibrando economía, expansión y pura genialidad. Es como si SimCity y un juego de cartas hubieran tenido un hijo que solo quiere desafiar tu capacidad de planificación. Al final, quien logre optimizar mejor su producción y conseguir las cartas clave, construirá el futuro más brillante (o al menos, uno lleno de puntos de victoria).